Diversidad digital
Los asuntos relacionados con la composición de los consejos de administración son un clásico como temas de estudio y análisis dentro de la disciplina del gobierno corporativo. La participación, o no, de ejecutivos de la empresa en el consejo; su presencia equilibrada, en número (con respecto al resto de consejeros); la separación, o no, entre la figura del presidente del consejo de administración y la del consejero delegado; etc., son ejemplos del habitual debate en esa materia.
A ellos se ha sumado en los últimos años uno particularmente polémico -al menos, en algunos ámbitos-: el de la menor -escasa- presencia de mujeres en dichos consejos.
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Una búsqueda en Google de la cadena “Women on Boards” (Mujeres en los Consejos) puede arrojar, fácilmente, un resultado de millones de entradas [239.000.000, en la consulta que hemos lanzado al tiempo que escribíamos estas líneas], que, en todo caso, se traducen en la multitud de páginas y portales de Internet desde los que, bajo esa consigna, se aboga por elevar el porcentaje de participación femenina en los consejos de administración (WomenOnBoards.net, WomenOnBoards.org.mv, WomenOnBoardsKenya.co.ke, WomenOnBoard.be, CatalystWomenOnBoard.org, Get-Women-On-Board.eu, WOB.org.nz, 2020WOB.com, European.EWOB-network.eu, WomenCorporateDirectors.com, OnBoardNow.org, son sólo algunos ejemplos).
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A pesar de las corrientes legislativas -y de otra naturaleza (códigos de autorregulación, recomendaciones varias, etc.)- que, en fechas recientes, se han venido viendo en los países del hemisferio occidental a favor de la diversidad de género en los consejos de administración y otros órganos de gobierno -algunos consejos de ministros han hecho bandera de esta noble causa-, las cifras de participación de mujeres en las estructuras corporativas aún se revelan alejadas de la paridad [i].
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Sin embargo, este agitado panorama que parece envolver la discusión sobre la composición de los consejos de administración no quedaría, hoy, completo sin incluir otro nuevo elemento de debate: la necesidad de dotarlos, también, de una cierta diversidad digital.
“Lo digital” ha impregnado la Sociedad, por completo, en todos sus ámbitos; y continuará haciéndolo[ii]. De ahí que el momento actual no ofrezca cabida a consejos “monocolor”, al sentido clásico; esto es, consejos en los que haya homogeneidad en la carencia de competencias digitales entre sus miembros. Consecuentemente, la incorporación de sabiduría digital se hace incuestionable y urgente.
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Como en el caso de la diversidad de género, elevar la cuota de participación de consejeros con antecedentes tecnológicos -cuota que, en el caso de muchas empresas, permanece a cero- no hará sino enriquecer a la organización. Así lo defiende el Prof. Peter Weill, Presidente del Centro para la Investigación de los Sistemas de Información (CISR, por sus siglas en inglés) de la Escuela de Dirección Sloan, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, cuando declara que “la diversidad digital enriquece y favorece a las organizaciones por la complejidad actual, en plena oleada de la digitalización y de cambios en los modelos de negocio” [iii]. Y así lo están entendiendo un número cada vez mayor de compañías de sectores tradiciones que han comenzado a incorporar a sus consejos de administración a profesionales con bagaje tecnológico o en el sector tecnológico. Wal-Mart Stores Inc., con las incorporaciones de Marissa Mayer, primero, y Kevin Systrom, después, a su consejo; o The Walt Disney Company, con la de Jack Dorsey al suyo, han sido ejemplos pioneros.
Sin embargo -siempre ha de haber algún contrapeso; dejaría de llamarse debate, en otro caso-, desde el bufete neoyorquino Skadden, Arps, Slate, Meagher & Flom y Asociados, el socio Marc S. Gerber advierte de que “los consejos de administración necesitan permanecer sensibles ante el hecho de tener miembros con el conocimiento suficiente para formular las preguntas adecuadas y comprender las implicaciones de las respuestas, sin convertirse en un consejo ‘balcanizado’, constituido por numerosos expertos, que lo sean sólo en temas específicos” [iv]. Gerber añade, además, que “un consejo de administración de alto rendimiento [siempre] puede recurrir a cuantos consultores expertos y asesores necesite”.
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¡Tal vez, una vez más, en el punto medio se encuentre el equilibrio!
En su caso particular, olvídese de cuotas y de si uno, dos, o más, consejeros “digitalizados” son suficientes; y trate de dotar a su órgano de gobierno de las competencias digitales necesarias, independientemente de que éstas provengan de la incorporación de savia nueva al consejo de administración o, simplemente, de una mayor interacción de los miembros de aquel con colectivos de jóvenes profesionales procedentes de las diferentes partes de la empresa, idea que compartimos y que también parece contarse entre las recomendaciones del citado Prof. Weill.
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Este artículo fué publicado originalmente por la revista NOVÁTICA, nº 235, enero-marzo 2016. Referencia: Ref. Autoriz. NOVÁTICA 235, pg. 78 – "Diversidad digital" – Miguel García-Menéndez, Manuel Palao.
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[i] Foro Económico Mundial. “It’s official: companies with women on the board perform better”. 8 de diciembre de 2015. URL (a 2016-03-30):: https://www.weforum.org/agenda/2015/12/its-official-women-on-boards-boost-business/
[ii] iTTi. “El Manifiesto iTTi sobre el Gobierno Corporativo de las Tecnologías de la Información”. 30 de mayo de 2015. URL (a 2016-03-30):: http://es.slideshare.net/iTTi_news/el-manifiesto-itti
[iii] Weill, Peter y Jennifer W. Christensen. “Resposibilities of the Board in a Digital Economy”. Seminario. 22 de octubre de 2015. URL (a 2016-03-30):: http://cisr.mit.edu/publications-and-tools/publication-search/boards-digital-disruption/
[iv] Gerber, Marc S. “US Corporate Governance: Have We Crossed the Rubicon?”. Skadden's 2016 Insights – Governance. Enero de 2016. URL (a 2016-03-30):: http://cisr.mit.edu/publications-and-tools/publication-search/boards-digital-disruption/
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