El nacimiento de iTTi
Créanme si les digo que el título que encabeza estas líneas no trata de resultar pretencioso. Soy consciente de que iTTi es, aún, una muy humilde entidad. Simplemente, intenta servir de oportuno homenaje a otro artículo de nombre similar, “The Birth of Val IT” (“El Nacimiento de Val IT”) que acompañó, hace ahora exactamente ocho años [i], la presentación en sociedad del que sería el primer modelo no académico, de alcance internacional, con recomendaciones para el buen gobierno corporativo de las Tecnologías de la Información (TI). El primero que ubicó a quienes están al frente de las organizaciones –los miembros de sus consejos de administración– al frente, también, de las decisiones que, en el seno de aquellas, se han de tomar en materia tecnológica.
Hoy vivimos en un tiempo que podríamos tildar de amarga celebración: el pasado agosto honrábamos el centenario de la primera Gran Guerra. Con seguridad, mucha gente recordará las numerosas consecuencias desafortunadas –tanto personales, como sociales, incluidas las corporativas– que provocó; pero, posiblemente, sean muchos menos los que recuerden las sabias reflexiones de Georges B. Clemenceau. Antiguo periodista, Clemenceau fue Primer Ministro de Francia durante la I Guerra Mundial. En aquel tiempo sentenció “La guerre! C’est une chose trop grave pour la confier aux militaires” (“¡La guerra! Es un asunto demasiado grave para confiárselo a los militares”), una afirmación que –uno podría pensar– no fue bien recibida, incluso no fue bien entendida, por quienes eran directamente aludidos: los miembros del ejército. Pero una afirmación que, hoy en día, podríamos aplicar en nuestro mundo corporativo.
Vivimos en una era digital. Pocas actividades escapan, si es que alguna lo hace, a la aplicación de las tecnologías (en último término, de las digitales, principalmente). Las sociedades, con excepciones, resultan beneficiadas por el potencial de la tecnología, la cual actúa como impulsor del crecimiento de nuestros intereses personales (calidad de vida), económicos (ventaja competitiva) o socio-políticos (transparencia, participación y democratización). Pero, como ocurre con la guerra, cuando uno se refiere al uso de la tecnología también puede advertir un montón de resultados no tan buenos, así como consecuencias negativas en los ámbitos citados: en el personal (privacidad amenazada), en el económico (ciberdependencia o ciberfragilidad y, finalmente, pérdidas; o, simplemente, fiascos económicos favorecidos por las TI [y, finalmente, pérdidas]) y en el socio-político (censura facilitada por las TI; o, por qué no decirlo, medios digitales censurados al modo tradicional).
La mayor o menor atención que le prestemos al modo en que se aplica y utiliza la tecnología en las organizaciones –ya sean públicas, privadas o, incluso, nuestro propio hogar (piense en el modo en que sus hijos usan toda la tecnología que tienen a su alcance)– es un factor clave para alcanzar los resultados positivos antes mencionados, al tiempo que evitamos los negativos.
A nivel corporativo, son aquellos que han de rendir cuentas por tales resultados –aquellos que pueblan los órganos de gobierno de las organizaciones– quienes deberían prestar la debida atención que la aplicación de las tecnologías digitales demanda. Así debió entenderlo el Prof. G. Vaughn Johnson (hoy jubilado de la Universidad de Nebraska, en Omaha), quien, en 1990, parafraseando a Clemenceau, escribió: “Los sistemas de información son demasiado importantes como para dejarlos, sólo, en manos de los informáticos”. Es fácil pensar, como en el caso de la declaración de Clemenceau, que más de uno (especialmente entre la comunidad informática) discreparía de tal afirmación. Pero la clave, aquí, no son las legítimas discrepancias de los profesionales del sector TI; el verdadero problema es la falta de conciencia y compromiso de muchos directivos en relación a su papel ante la orientación y el control –en definitiva, el gobierno– que han de imprimir y ejercer sobre el uso que sus organizaciones hacen de las TI. Es esta preocupación la que ha impulsado el lanzamiento del proyecto iTTi, el Instituto de Tendencias en Tecnología e Innovación [ii].
iTTi nace de la iniciativa privada, como una entidad sin ánimo de lucro, y con la aspiración de convertirse en la nueva voz que, desde España, con vocación internacional, promueva el buen gobierno de las tecnologías de la información entre la comunidad corporativa. Un reto, sin duda, no exento de dificultades; pero que, en igual medida, ilusiona por cuanto queda aún por hacer en este frente. Prueba de ello son las objeciones que manifiestan al desarrollo de esta “subdisciplina” ciertas entidades españolas que se confiesan interesadas en la promoción del buen gobierno corporativo. Manifestaciones que contrastan con la labor pedagógica que viene realizándose en países de la órbita anglosajona: el último ejemplo, sin duda, el de la Asociación Nacional de Consejeros-Administradores de Empresa (NACD) [iii], cuya conferencia anual 2014, celebrada los pasados días 12 y 13 de octubre, sirvió para acercar a los consejos de administración estadounidenses conceptos como innovación, tecnologías de la información, Internet de las Cosas, redes sociales o ciberseguridad. Por cierto, en suelo patrio, esta última también ha sido objeto de atención preferente en una reciente sesión-desayuno organizada por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) [iv]. En aquella ocasión, Javier Monzón [v], Presidente del consejo de administración de la primera compañía española de servicios tecnológicos, ofreció a una audiencia repleta de directivos sus reflexiones sobre esta materia, afirmando que “la Ciberseguridad es una prioridad de primer nivel”.
¡Excelentes incentivos, todos ellos, para la misión que se ha encomendado iTTi de intentar divulgar los beneficios y consecuencias de las TI entre consejeros y ejecutivos! Y, sin duda, clara pista de las oportunidades que podrán surgir para los profesionales “ciber” en ese intento.
Permítanme despedirme no sin antes felicitar a los responsables de SIC, editores de esta revista, por su sensibilidad al decidir apoyar este proyecto, permitiéndome usar esta tribuna; y agradecerles la confianza depositada en el equipo iTTi. Espero no haber defraudado ni a los lectores, ni a la revista.
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Este artículo ha sido publicado por la revista SIC, nº 112, NOVIEMBRE 2014. Referencia: GOBIERNO IT. El Nacimiento de iTTi – Miguel García-Menéndez.
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[i] ISACA.“The Birth of Val IT”.ISACA Journal Online. Noviembre de 2006.
URL [a 2014/09/26]::http://www.isaca.org/Journal/Past-Issues/2006/Volume-6/Documents/jpdf0606-the-birth-of-val- it.pdf
[ii] iTTi, Instituto de Tendencias en Tecnología e Innovación.
URL [a 2014/09/26]:: http://www.ittrendsinstitute.org/about-itti
[iii] NACD, National Association of Corporate Directors.
URL [a 2014/09/26]::http://www.nacdonline.org/
[iv] CEDE, Confederación Española de Directivos y Ejecutivos.
URL [a 2014/09/26]::http://www.directivoscede.com
[v] CEDE. “Nuevo Desayuno CEDE con Javier Monzón”. Desayunos de Trabajo. 23 de septiembre de 2014.
URL [a 2014/09/26]::http://www.directivoscede.com/es/actividades/desayunos-trabajo/nuevo-desayuno-cede-javier- monzon
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